
Experto IB expuso cómo la evaluación en estos programas favorece el aprendizaje.
El objetivo de este encuentro fue brindar información y ahondar en procesos de evaluación que impulsen el aprendizaje, considerando especialmente el actual contexto de pandemia
Ante la situación coyuntural de clases remotas, las instituciones educativas han tenido que revisar y ajustar algunas de sus prácticas pedagógicas y proceso de evaluación. En este escenario, Santiago College realizó un webinar para los apoderados, donde expuso Antonio Muñoz, IB World School Manager en La Haya, Holanda.
En su presentación, Muñoz explicó que evaluar es el proceso de recolectar y analizar información acerca de los logros de los estudiantes. El experto realizó un contrapunto entre diferentes sistemas evaluativos. Comenzó refiriéndose al sistema tradicional y cómo éste no considera el potencial de los estudiantes. “En realidad, se evalúa algo cualitativo, con lógica cuantitativa. Al asignar notas basadas en números, se pierde el foco en capacidades, actitudes y valores”, señaló.
Luego aludió a las evaluaciones del sistema IB, cuyo objetivo es promover el aprendizaje y desarrollo de los estudiantes en forma holística y no sólo académica. “El aprendizaje holístico es cuando todos los conocimientos están inter relacionados y se establecen conexiones entre conocimientos nuevos y antiguos, y entre las distintas asignaturas. Mediante la indagación, se busca entender el conocimiento humano desde distintos puntos de vista”, dijo.
Entre los seis principios pedagógicos del IB, uno destaca que sus programas son guiados por una evaluación formativa y sumativa.
Tipos de evaluaciones
El manager Antonio Muñoz luego se refirió a la evaluación en los programas IB, diferenciando los roles de la evaluación formativa y la evaluación sumativa en los procesos de aprendizaje. Mientras la formativa evalúa para el aprendizaje, la sumativa es una evaluación del aprendizaje per se. Explicó además cómo la evaluación basada en criterios promueve el aprendizaje, al referenciar objetivos específicos, conocidos por los alumnos.
La evaluación formativa permite detectar en el camino aquellos elementos fuertes y débiles de los alumnos; brinda pruebas de qué y cómo ellos están comprendiendo, permitiendo así que los profesores puedan modificar sus enseñanzas. Asimismo, se comparten los criterios de evaluación con los alumnos y les brinda instancias de reflexión y autoevaluación para gestionar mejor sus propios aprendizajes.
La evaluación sumativa ocurre al final de una unidad académica o periodo de enseñanza. Aquí se mide aquello que los alumnos saben o son capaces de hacer, dándoles claras indicaciones del nivel alcanzado. Busca contar con una valoración del rendimiento de los estudiantes en relación a un objetivo establecido. Se basa en descriptores y permite emitir una calificación en relación al logro.
Finalmente, la evaluación basada en criterios es referenciada. Integra los distintos criterios de evaluación a los diferentes ámbitos esperados en una tarea o asignatura. Permite medir progresos y desarrollar habilidades de manera objetiva, sin depender de la valoración subjetiva del profesor.
Tanto las evaluaciones formativas como las sumativas referencian los criterios de evaluación. Estos establecen los niveles de logro contra los cuales será medido el aprendizaje de los alumnos. Al ser compartidos por todos los profesores, permiten medir progresos y desarrollar habilidades de manera objetiva, sin depender de una valoración subjetiva de los aprendizajes esperados.
Para explicar la evaluación basada en criterios, Muñoz realizó una analogía con la evaluación de una lavadora. En un caso, los usuarios le asignan una nota general, lo que impide que el resto pueda entender las justificaciones (positivas o negativas) de por qué tuvo esa calificación. En contraste, en una evaluación basada en criterios, los usuarios asignan una nota a cada uno de los distintos atributos de la lavadora, tales como programas de lavado, consumo eléctrico, ruido, estética, centrifugado y carga, permitiendo así conocer los componentes favorables y desfavorables desglosados que justifican el promedio.
Entre las ventajas de este tipo de evaluación, Muñoz destacó:
El especialista internacional destacó el proceso de educación progresiva que tiene Santiago College, donde cada etapa académica es un continuo para la siguiente del IB: el PYP es la base del PAI y éste, del Diploma.
Muñoz concluyó el encuentro diciendo que “en el IB, la evaluación es un aspecto integral de la enseñanza y el aprendizaje, no es un objetivo en sí mismo; el fin no es emitir una calificación, sino realmente tener un proceso de enseñanza y aprendizaje sólido”.
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